Aniversario del viaje a 2015 de Marty McFly

¡Qué fácil es pensar en el futuro! No han sido pocos los autores, directores y demás personas que se han atrevido a aventurar un escenario venidero. ¿Quién no recuerda aquel viaje en el tiempo de Marty McFly a 2015? Aquella carrera en patinetes voladores, esos hologramas publicitarios, videollamadas, ropa inteligente…

Precisamente fue un 21 de octubre cuando el joven que odiaba que lo llamasen “gallina” visitaba el futuro. ¿Cuántas de aquellas previsiones se han cumplido? ¿En realidad hemos cambiado tanto como se antojaba en ‘Regreso al futuro II’? Es más, ¿son distintas las cosas de aquel 1955 al que viajó en primer lugar Marty McFly?

Empleos, formas de comunicarnos… desde luego que no han sido pocos los cambios que nuestra sociedad ha vivido desde aquel 1985, y ni digamos desde el 1955. Y con motivo de esta efeméride fílmica, repasamos hasta qué punto somos diferentes de aquel mundo imaginado en Regreso al Futuro 2.

Los empleos que ha traído el futuro

Si pensamos en aquel 1985 nos encontraremos con un cambio en la oferta laboral. Para empezar, antes el periódico hacía las veces de plataforma a través de la que informarse de demandas de perfiles para cubrir puestos de trabajo. Ahora, internet ha cogido este relevo. No son pocos los sitios webs que actúan de intermediarios entre empresa con vacantes y profesionales que buscan un nuevo puesto.

Por supuesto, entre el contenido que encuentran en estas web también es muy distinto de los anuncios en prensa. Si antes se precisaban de expertos en archivo para gestionar cajas y cajas de papel con datos de interés, ahora la oferta se enfoca a especialistas en big data que se encarguen de almacenar de manera efectiva la gran cantidad de datos que posee una empresa.

Y, viajando a aquel 1955 (primer destino de Marty en el Delorean), encontraremos todavía más cambios en el mercado laboral. Los más longevos recordarán a aquellas telefonistas que se encargaban de asegurar las comunicaciones entre los terminales de distintas zonas del país. Ahora, también hay profesionales velando porque los mensajes entre las personas lleguen a buen puerto.

Sin embargo, estos profesionales ya no operan con cables. Su idioma es otro, y se manejan entre códigos para, a través de una pantalla, garantizar el buen funcionamiento de aplicaciones de mensajería instantánea o la estabilidad en las redes 5G.

Otro ejemplo de cómo han cambiado los empleos de 1955 a 2015 (o 2019) es el tipógrafo. Sin estos profesionales, no había producción de periódicos en una imprenta. Ahora, son los técnicos de impresión digital los que velan porque estos diarios salgan de las rotativas en dirección a los quioscos o los usuarios que tengan una suscripción. Y también, sin movernos del ámbito periodístico, los webmaster que se encargan de evitar las caídas en las versiones online de estos medios de comunicación.

Mismas rutinas, nuevas fórmulas

Las nuevas tecnologías no solo han traído empleos nunca vistos. Los puestos de trabajo que habíamos conocido hasta la fecha también han experimentado una evolución. Por ejemplo, si acudimos a una cafetería o a un restaurante, seguirá siendo el camarero quien nos atienda. Pero, a poco que nos fijemos, la comanda no va a ser anotada en un papel, ahora las pantallas se encargan de registrar el pedido del cliente.

Las nuevas tecnologías han cambiado algunos empleos tradicionales

Y si entrásemos en la cocina, observaríamos cómo los robots de cocina han tomado el relevo de los electrodomésticos que en los años 50 comenzaban a hacer más sencillo el trabajo de los profesionales del sector de la restauración.

Y, llegados a este punto, te proponemos que seas tú quien compare una fotografía del lugar de trabajo de tus padres (y ya no digamos de tus abuelos) con el de ahora. ¿Notas algo distinto? Ratones, teclados, ¡y pantallas¡ Multitud de pantallas han llegado para quedarse, al tiempo que digitalizan funciones que antes asumía el papel.

Un cambio al que hay que responder

Desconocemos si alguien a bordo de una máquina del tiempo va cambiado la realidad que nos toca vivir realizando cambios en sus viajes al pasado (o al futuro). Pero lo que sí comprendemos es que toca adaptarse al escenario del presente, un contexto dominado por las nuevas tecnologías que no solo han cambiado la esfera laboral, también la formativa.

En 1955 todo profesional que buscase una formación para mejorar laboralmente debía hacerlo de forma presencial en el centro que eligiera. Ahora, el eLearning aprovecha las nuevas tecnologías para ofrecer la posibilidad de conectarse remotamente desde cualquier punto del mundo, y al mismo tiempo ofrece al formador un amplio abanico de opciones para mejorar la calidad de sus servicios.

Enfrentar estos cambios para salvar el futuro no es algo que requiera una máquina del tiempo, desde Innovación y Cualificación ofrecemos un amplio catálogo de contenido formativo, adaptado a las necesidades del actual mercado laboral. Además, también ofrecemos plataforma para aquel profesional de la formación que quiera sumarse al mundo del eLearning.

Porque en nuestros más de 20 años de historia hemos comprendido, que si vas a formar, mejor hacerlo con estilo.