La Ley Orgánica 3/2022, de 31 de marzo ha marcado un nuevo rumbo en la Formación Profesional en España. Sin embargo, hasta que finalice la transformación, viviremos un periodo en el que convivirán dos modelos de catálogo de contenidos y en el que podremos encontrar contenidos pertenecientes al plan antiguo, y al nuevo.

En este artículo vamos a profundizar en lo que significará la convivencia de catálogos de contenidos FP, pertenecientes a diferentes planes de contenidos. 

¿Qué conlleva esta coexistencia?

La aplicación de todo lo dispuesto en la Ley Orgánica 3/2022, de 31 de marzo tardará en consolidarse. Hasta conocer la fecha definitiva, se vivirá un periodo transitorio, en el que los centros y administraciones podrán seguir operando con certificaciones y programas pertenecientes al plan antiguo, mientras estos conviven con los del nuevo.

De esta manera se facilitará la integración ordenada de los contenidos del plan nuevo, proporcionando tiempo para actualizar el catálogo, adaptándose a las nuevas exigencias. y modernizar las prácticas. Como decimos, todo ello sin saber muy bien la fecha en la que se hará efectivo este cambio.

Esto es fundamental para evitar desconexiones o fragmentaciones en el sistema, especialmente en la interoperabilidad de registros y plataformas digitales. Las herramientas tecnológicas deben ser compatibles para garantizar la validez, trazabilidad y visibilidad de todas las certificaciones, pasadas y futuras.

Adaptación progresiva 

El proceso de transición y convivencia de catálogos de contenidos FP destaca la homologación de las certificaciones del sistema anterior con los nuevos estándares, asegurando su compatibilidad y trazabilidad digital. Aunque se mantiene la validez de los programas actuales, es imprescindible establecer vías claras de equivalencia para evitar desconexiones en la oferta formativa.

Durante la transición, los centros podrán seguir utilizando los programas antiguos, siempre que cumplan con la normativa vigente. Estos seguirán siendo válidos hasta que se implemente completamente el nuevo sistema. Aun así, se recomienda que los centros comiencen a adaptar sus contenidos a los nuevos estándares para facilitar la transición y estar preparados para ofrecer las nuevas titulaciones.

A su vez, la adaptación progresiva de los centros se plantea como un desafío anima a iniciar ajustes en contenidos y procesos para la integración completa del nuevo sistema.